Cuando ofrecemos a nuestro gato una alimentación diaria de baja calidad y con nutrientes muy pobres, es probable que en poco tiempo, todas estas deficiencias nutricionales del gato se acaben traduciendo en diferentes problemas de salud. Y es que, determinados alimentos que son pobres en proteínas, y cuyo aporte de taurina es también muy bajo, pueden acabar desencadenando problemas en el estómago del gato incluso, provocar la aparición de parásitos que afecten a la salud de nuestra mascota.
¿Cómo saber si mi gato tiene algún déficit nutricional?
Si quieres aprender a detectar los posibles déficits nutricionales de tu gato, presta mucha atención a estas seis claves que te damos a continuación:
La mayor parte de déficits nutricionales en los gatos son consecuencia directa de la ingesta de piensos de baja calidad. Se trata de alimento seco muy básico y barato pero que, sin embargo, su equilibrio nutricional es prácticamente inexistente.
Asimismo, y además de los piensos industriales, algunas dietas caseras que los dueños de gatos proporcionan a sus mascotas, pueden también caracterizarse por tener ciertos déficits nutricionales.
Y es que, en muchas ocasiones, pensamos que si le hacemos la comida en casa a nuestro gato estamos dándole una alimentación más equilibrada que si compramos un pienso y unas lastas. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la comida que le hacemos en casa a nuestra mascota, aunque es muy sana, no contiene todos los nutrientes básicos que nuestro gato necesita.
Hay que tener en cuenta que la taurina es un aminoácido esencial en la dieta de cualquier gato. Por ello, si vamos a prepararle la comida en casa a nuestra mascota, lo mejor es que tengamos en cuenta qué alimentos contienen una alta dosis de taurina. Este es el caso, por ejemplo, del hígado de pollo, del de cerdo o del de ternera.
Además, la mayoría de las dietas caseras suelen tener unas peculiaridades en común que, sin embargo, son contraproducentes para la salud de nuestros gatos. Y es que éstas, por ejemplo, son ricas en fósforo aunque su aporte de calcio es deficitario, un hecho que podría provocar una insuficiencia renal crónica a nuestra mascota.
Si quieres detectar los posibles déficits nutricionales que pueda tener tu gato, presta mucha atención a estos seis síntomas, porque pueden ser la causa de una alimentación pobre en nutrientes:
- Oscilaciones en el peso corporal: Este es uno de los primeros indicios que delata que nuestro gato no está siguiendo una dieta sana y equilibrada ya que, tanto si gana mucho peso en poco tiempo, como si lo pierde, éstas son señales obvias de deficiencias nutricionales.
- Pelo estropajoso: Si notas que el manto de pelo brillante que tenía tu gato, ha dado lugar a una capa de pelo mate y sin brillo, no tengas duda alguna de que la alimentación que estás proporcionándole a tu mascota tiene alguna carencia nutricional.
- Afecciones en la piel: Asimismo, si la piel de tu gato empieza a manifestar sarpullidos, sequedad, incluso, dermatitis o caspa, puedes empezar a pensar que la dieta que le estás dando a tu mascota tiene alguna deficiencia.
- Heces anormales: Las heces son otro claro indicativo de salud en todos los animales. Por este motivo, si las heces de tu mascota son demasiado blandas, o por el contrario, tu gato ahora padece estreñimiento, piensa que hay algo que no estás haciendo bien con respecto a la dieta de tu mascota.
- Cambios repentinos de comportamiento: Otro de los síntomas de una mala alimentación en un gato, son los cambios súbitos y repentinos de comportamiento.
- Anemia: Finalmente, un síntoma indiscutible de que nuestro gato padece algún déficit nutricional es la anemia. Para poder detectarla, es necesario que el veterinario le haga un análisis de sangre que lo confirme.
