Si tienes un gato en casa, seguro que lo habrás visto en más de una ocasión deambular por las habitaciones y pasillos en mitad de la noche y en plena oscuridad. ¿Te has preguntado alguna vez por qué los gatos tienen este comportamiento tan extraño pero sumamente habitual? Pues la respuesta es, sencillamente, porque los gatos pueden ver en la oscuridad, y por eso aprovechan los momentos de tranquilidad de la noche para hacer pequeñas excursiones por la casa, mientras el resto de la familia duerme.
Y es que, los gatos son capaces de andar sin chocarse con ningún obstáculo en plena noche, y con la misma sutileza que si lo hicieran a plena luz del día.
Este fenómeno natural que permite ver a los gatos en la oscuridad se debe, entre otras muchas causas, a que sus pupilas son capaces de dilatarse sin necesidad de ser estimuladas a través de una fuente de luz. De esta forma, y a través de la dilatación de las pupilas, los gatos pueden aprovechar al máximo cualquier ápice de luz que exista en la estancia en la que se encuentran.
Si observas las pupilas de un gato durante el día, te darás cuenta de que estas son pequeñas (como dos rayas delgadas). Sin embargo, a medida que cae la noche y que el nivel de luz va descendiendo, las pupilas del gato se van haciendo progresivamente más grandes hasta alcanzar, incluso, el tamaño completo del iris.
Además de esto, se ha demostrado científicamente que la retina de los gatos posee más bastones que conos. Los bastones son los receptores de la luz, y se encargan de ayudar al gato a que puede ver mejor en un ambiente oscuro.
Asimismo, otro órgano responsable de que los gatos pueden ver en la oscuridad es el conocido como 'tapetum lucidum', una membrana que se encuentra en la parte de detrás de los ojos, y que refleja la luz hacia la retina.
