Al igual que ocurre con los perros y con muchos otros animales domésticos, los gatos deben vivir desde pequeños un periodo de socialización con seres humanos, que marcará su comportamiento y también desarrollará su futura personalidad. Sin embargo, y a diferencia de lo que ocurre con otras mascotas de compañía, la psicología felina suele tener un desarrollo muy rápido. Esto implica que si queremos adoptar a un gato bebé, deberemos acostumbrarlo cuanto antes a convivir con personas en una misma casa, es decir, a socializarlo.
¿Por qué es tan importante la socialización de los gatos bebés?
Aunque nada más nacer, los gatos adquieren de su madre algunos comportamientos típicos de su especie, no es hasta la séptima u octava semana de vida el momento en el que empiezan su proceso de socialización con los humanos.
Los gatos que desde su nacimiento han vivido con su madre durante aproximadamente ocho semanas, y no han tenido contacto alguno con humanos, suelen mostrar una actitud temerosa o asustadiza cuando establecen contacto con las personas.
Por ello, se recomienda que la socialización de los gatos bebés se produzca desde el momento en el que están aún con su madre (a partir de la tercera semana de vida). Y que las personas que van a adoptarlo o a convivir con él en el futuro, se acerquen de vez en cuando a tocarlo, a jugar con él, y acariciarlo. De esta manera, el proceso de socialización del gato bebé será mucho más efectivo y más avanzado que el de los cachorros que durante las ocho primeras semanas de vida no han tenido contacto alguno con seres humanos.
Además, para estos gatitos que no han tenido contacto previo con los humanos, el proceso de separación de su madre será mucho más traumático y les costará más adaptarse a vivir en un hogar con seres humanos. En definitiva, el proceso de socialización será más lento y complicado.
