Cuando nacen, los gatitos son absolutamente dependientes de su madre. No ven, no oyen y no se mantienen de pie. La gata se encarga de alimentarlos, asearlos y proporcionarles el calor vital que necesitan. Crecen deprisa y, aunque hay variaciones en el ritmo de desarrollo según cada raza, al mes de vida el gato bebé poco tiene que ver con el pequeño ser recién nacido.
Edad para separar a los gatos de su madre
En general, antes de las cuatro semanas no es conveniente destetar a un gatito y separarlo de su madre, ya que lo ideal es hacerlo en torno a los tres meses.
La idea es respetar al máximo el propio ciclo natural del gato. El primer mes, el animal necesita a su madre prácticamente para sobrevivir. Hasta alcanzar el segundo, irá descubriendo el mundo, aprendiendo a relacionarse con lo que le rodea incluyendo a sus hermanos de camada y, cuando tenga tres meses, ya se habrá convertido en un gatito juguetón, que hace sus pinitos intentando cazar y que por supuesto ya es capaz de correr y saltar con algún que otro tropezón. A los tres meses también es momento de las primeras vacunas de tu gato. Su organismo se hace más fuerte y poco a poco se irá convirtiendo en un gato adulto, hasta que con ocho – doce meses alcance su madurez sexual.
Como conclusión se podría decir que si queremos que el gatito pase su infancia completa con su familia gatuna debería permanecer con su madre y sus hermanos hasta los dos meses y medio o tres meses, cuando ya es capaz de alimentarse y valerse por sí mismo y está preparado para iniciar su proceso de socialización.
