Las pulgas son parásitos de los gatos muy comunes que pueden instalarse en tu mascota provocándole molestias e incluso algunas de las enfermedades más comunes de los gatos. Así pues, ¿cómo saber si tu gato tiene pulgas? Descubre todas las claves.
Síntomas de pulgas en los gatos
El síntoma más evidente de su presencia es que el gato se rasca con insistencia en la zona de la cabeza y cuello (especialmente detrás de las orejas). En infestaciones severas no es extraño que el animal tenga pequeñas heridas, enrojecimiento de la piel, eccemas e incluso pérdida de pelo. Las pulgas le muerden y chupan su sangre produciéndoles un picor insoportable y poniendo en riesgo su salud. Si tu gato se rasca con desesperación y además está arisco e irritable, debes comprobar si, tal como sospechas, tiene pulgas.
En las razas de gato de pelo corto y color claro son fáciles de distinguir a simple vista aunque sean pequeñas (oscuras, alargadas y planas). Separa algunos mechones de las zonas predilectas de las pulgas (tras las orejas y al final del lomo, donde empieza la cola). Si tiene muchas, probablemente las verás sin dificultad, pero son muy “listas” y poseen una capacidad para correr y saltar asombrosa. Para confirmar tus sospechas, fíjate si entre el pelo hay puntos oscuros (como motas negras), esas desagradables “motas” son las heces de los parásitos, por lo que, efectivamente, ¡ahí están!
En los gatos de pelo largo (sobre todo si su pelaje es oscuro) la cosa se complica, pero con la ayuda de un peine (tipo lendrera) podrás capturarlas. Cepilla a tu mascota con el peine sobre una toalla o paño claro (para comprobar si caen) y verás la cara de alivio que pone el pobre animal al verse liberado de sus molestos huéspedes.
No olvides revisar la zona donde habitualmente se encuentra el gato (su cesta o cojín donde duerme, su comedero…), puede que los parásitos también estén ahí. Una vez detectada la infestación, hay que proceder a desparasitar al gato lo antes posible.
