Si has notado que tu gato al caminar tiene dificultad para apoyar alguna de sus patas, puede ser que el animal sufra algún tipo de cojera. Sin embargo, has de saber que la cojera de tu gato no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma evidente de que tu gato puede tener algún problema de salud. ¿Pero por qué tu gato no puede apoyar la pata exactamente?
Hay muchas razones por las que un gato puede cojear, por ejemplo, desde que le haya picado un insecto en la pata, hasta que se haya clavado un objeto punzante en el pie, o que tenga algún hueso roto.
Por ello, y si ves que tu gato comienza a cojear, lo más sensato es que le lleves a su veterinario cuanto antes, para que sea él quien determine cuál es el problema exacto que sufre tu gato. En muchas ocasiones, cualquier herida o pequeña molestia que el animal sufre en la almohadillas, se convierte rápidamente en un motivo para que el gato deje de apoyar una de sus patas en el suelo. En otras ocasiones, sin embargo, puede ocurrir que si el gato se ha dado un golpe fuerte y le ha salido un hematoma, esta herida le impida apoyar su pata al suelo con normalidad. Asimismo, las lesiones en las uñas son también un motivo frecuente para que un gato deje de apoyar sus patas al suelo.
Si observas que tu gato tiene dolorida alguna zona de las patas busca, en primer lugar, cuál puede ser la causa de este dolor. En ocasiones puedes encontrar alguna astilla, cristal o pequeño objeto que se le haya clavado a la pata, y tú mismo podrás extraerla sin problema.
Si a simple vista no encuentras heridas, picaduras, astillas u otros objetos que puedan ser las causas de la cojera, lo más sensato es que lleves a tu gato al veterinario cuanto antes.
