Si has comprobado que tu gato saca su peor parte cada vez que intentas cogerlo, manipularlo, incluso, darle una caricia, entonces te preguntarás cuánto de arisco podrá llegar a ser si intentas llevarlo a su revisión en el veterinario. Aunque bien es cierto que los gatos pueden ser ariscos, también hay que reconocer que somos sus propios dueños los que en muchas ocasiones, y sin darnos cuenta, somos ariscos con nuestros animales. Esto ocurre especialmente cuando no podemos prestarles la suficiente atención y nuestras mascotas se ven en la obligación de pasar demasiado tiempo solos en casa. Así pues, ¿cómo puedes llevar a tu gato arisco al veterinario? Presta especia atención.
Sin embargo, si tu gato es demasiado arisco por causas completamente ajenas a ti, es probable que para llevarlo al veterinario necesites usar su trasportín porque has intentado todas las fórmulas, y con ninguna ha sido posible.
Para conseguir meter a tu gato arisco en su trasportín necesitarás algo de entrenamiento ya que, como es lógico, el animal no entrará por sí mismo la primera vez que lo intentes. Aunque, hay que reconocer, que si sabemos hacer de este objeto un lugar agradable para él, la tarea de meter el gato en el trasportín será mucho más sencilla.
En este sentido, coloca el trasportín en un lugar tranquilo y seguro de la casa, en el que tu gato suela pasar mucho tiempo. Seguidamente, introduce alguno de sus juguetes favoritos en el interior y deja la tapa abierta hasta que el gato entre con total confianza a jugar dentro.
Si ves que un juguete no es suficiente estímulo como para que tu gato entre en su trasportín, prueba a meterle un pequeño snack o golosina y llámalo para que acuda a cogerlo. Eso sí, una vez que has conseguido que entre, y si esta es la primera vez, no le cierres la puerta. Es conveniente repetir la operación varias veces hasta que tu mascota entre con absoluta confianza al interior del trasportín.
