Los motivos por los que tu felino puede perder la visión son variados, ya que las enfermedades que causan ceguera en los gatos son varias. Aunque también puede ser un problema congénito, o un golpe o traumatismo. Aunque, en la mayoría de ocasiones, la ceguera se produce a consecuencia de una determinada enfermedad. Una forma de evitar que contagien enfermedades que puedan dejar ciego a tu gato, son las vacunas para gatos, que al igual que en los humanos, podrán evitar
De todas las afecciones que pueden provocar la ceguera en los gatos hay que distinguir entre aquellas relacionadas con el propio ojo y con el nervio óptico y las enfermedades que afectan a todo el organismo del animal y que traen, entre otras consecuencias, la pérdida del sentido de la vista.
¿Por qué los gatos se quedan ciegos?
La hipertensión ocular es la principal causa de ceguera en los gatos. En muchas ocasiones es síntoma de otras enfermedades como la diabetes, el hipertiroidismo, el virus de la leucemia felina y las afecciones renales. Esa elevada tensión intraocular es lo que provoca el llamado glaucoma felino que, de no tratarse, dañará la retina y desembocará en ceguera. El glaucoma resta visión de forma progresiva y algunos de sus síntomas son: enrojecimiento de los ojos, cambio de color de la córnea (se ve turbia), lagrimeo, pupila dilatada…
El cáncer, cuando se presenta en forma de tumores intraoculares, es otra de las graves dolencias que pueden dejar al gato ciego.
También la uveítis, inflamación de la estructura interna del ojo, puede causar la pérdida de visión. Suele afectar a gatos que han contraído algún tipo de infección, desde el virus de inmunodeficiencia felina, hasta la que pueda provocar un hongo o un herpes que ataque a los ojos. Necesita tratamiento anti inflamatorio para evitar la ceguera progresiva incluso la total.
Otras enfermedades que implican pérdida de visión están relacionadas con daños en la córnea. Las cataratas son unas de las más habituales y afectan principalmente a gatos mayores. La queratitis, inflamación de la córnea, es también de las más peligrosas y dolorosas para el animal. Por último, la atrofia progresiva de la retina es otra afección de difícil tratamiento que suele acabar privando al gato de visión total.
