Seguramente ya lo habrás comprobado. Si llegas del súper con una bolsa que contenga pescado, tu mascota no tardará en salir a tu encuentro probablemente relamiéndose los bigotes con el olor que desprende esa delicia. A los gatos les encanta el pescado y son varios los motivos que justifican esta predilección.
¿Por qué a mi gato le encanta comer pescado?
No hay que olvidar que el gato es un carnívoro y en ese concepto, no solo se incluyen las carnes de vaca, cerdo o pollo, también la del pescado. La carne es la principal fuente de proteína de calidad óptima y es la base de la alimentación de los felinos (antes que los hidratos de carbono o las grasas).
Además, el pescado es uno de los alimentos de olor más intenso y reconocible. Si a ti te huele (aunque esté fresquísimo), imagina lo que puede percibir tu gato con su finísimo olfato. Ellos detectan la cercanía de un buen trozo de pescado como si tuviesen un radar.
Algunas teorías apuntan, seguramente con razón, a que el instinto de los gatos tiene mucho que ver con esta predilección. En sus orígenes y en estado salvaje, era (y es) habitual verles cazar peces, con paciencia infinita, en las orillas de los ríos e incluso en las de los mares.
Por último, no hay que olvidar que el pescado es un alimento de propiedades extraordinarias que benefician especialmente al organismo de estos animales. Probablemente ellos no lo sepan “científicamente” pero, su instinto funciona de maravilla. El pescado es rico en proteínas y en aceites esenciales saludables, como el omega 3 y 6, que contribuyen a la salud cardiovascular del gato. Además, también es fuente de taurina, un aminoácido que el organismo del felino no es capaz de producir y que es esencial para su desarrollo neurológico, para el buen funcionamiento de su sistema inmunológico y para conservar en perfecto estado su magnífico sentido de la vista. Seguramente desconozcan todo esto, pero la intuición gatuna nunca se equivoca.
