Dosificar o no la comida es algo que tendrás que decidir dependiendo de las necesidades y del comportamiento de tu gato. En general, los gatos son capaces de autorregular su alimentación, es decir, puedes, perfectamente, dejarle su comedero lleno todo el día para que él ingiera varias raciones pequeñas cuando sienta hambre. Un gato sano, que reciba pienso o comida enlatada de calidad, estará satisfecho y solo comerá lo que necesite su organismo. Esto ocurre en la mayoría de los casos, pero hay situaciones en las que sí es conveniente dosificar la comida de tu gato y establecer un horario y un régimen alimenticio más estricto.
El sobrepeso en los gatos puede derivar en importantes problemas de salud, desde dolor en las articulaciones hasta diabetes, por lo que es esencial evitarlo. Para prevenir el incremento de peso, es aconsejable dosificar su comida en las semanas posteriores a una esterilización. También deberás hacerlo en aquellos casos en que detectes que, por cualquier motivo, tu gato come más de lo habitual. Si siempre ha tomado su alimento con moderación y de repente parece tener hambre constantemente, puede que tu mascota esté estresada o tenga algún problema de salud, por ejemplo, parásitos internos.
En resumen, dosificar la comida del gato no es ni bueno ni malo porque depende de cada caso. Controlar la alimentación de tu gato, tanto las cantidades como el horario de las comidas, te permitirá conocer con mayor exactitud qué ingiere tu mascota y cuándo lo hace, pero si tu gato bien cuidado, en su peso, y es de los que prefiere distribuir su ración diaria a lo largo de toda la jornada, no hay ningún problema en que tengas su dosificador bien lleno para que vaya a él cuando tenga hambre.
