Si tu gato, normalmente alegre y activo, lleva unos días apático, con falta de apetito, dormitando más de lo normal y sin ganas de nada, está claro que algo le ocurre y que debes averiguar qué es. Para averiguar por qué tu gato está tan decaído tendrás que descartar cualquier problema de salud. Igual que nosotros, si tu mascota se encuentra mal porque algo le duele, tiene fiebre o padece una enfermedad, su decaimiento está más que justificado y la visita al veterinario no debe hacerse esperar.
También, puede que tu gato no esté en un entorno adecuado. Las condiciones en las que vive un animal son importantes e influyen en su estado de ánimo. Pasar demasiado tiempo en un espacio reducido, sin jugar o hacer ejercicio; permanecer horas y horas encerrado en una misma habitación, tal vez con una insuficiente ventilación y donde pasa frío o demasiado calor, son circunstancias que pueden hacer que el gato esté a disgusto.
Pero no siempre la causa es física. Los gatos son seres sociables que también sufren problemas psicológicos. La tristeza e incluso la depresión de tu gato pueden estar detrás de esa desgana general.
Algunos de los motivos por los que un gato puede estar decaído hasta el punto de resultar preocupante son:
- Ha sufrido algún tipo de trauma. Se ha caído, ha sido atropellado, ha recibido una paliza en la calle en una de sus salidas furtivas… tal vez sus heridas externas hayan curado pero esa situación le ha afectado más de lo que imaginabas.
- Ha habido un cambio importante. Un nuevo domicilio, la llegada de un bebé o de una nueva mascota… puede que se sienta extraño y algo celoso.
- Se siente solo. La soledad es una de las principales causas de depresión felina. Si siempre has estado con él y, por trabajo o por un viaje, se queda mucho tiempo solo… está triste y te echa de menos.
En todos estos casos, muéstrale tu cariño con caricias, mimos y palabras amables; juega y pasa más tiempo con él; búscale nuevos estímulos y verás cómo, poco a poco, consigues que se anime.
