Los gatitos son animales muy independientes, pero eso no quiere decir que no tengan sentimientos. Como estamos en plena época de regalos, es muy habitual hacer felices a los niños regalándoles la mascota que tanto tiempo llevaban pidiendo.
Pero una cosa es regalar un objeto material, como un juguete de plástico, y otra muy distinta es regalar un ser vivo. Por eso, si tu decisión es regalar un gato debes saber que este regalo es capaz de dar amor y de recibirlo, y que tiene necesidades que deberás atender. Si no estás dispuesto a cumplir con esas obligaciones, entonces este no es el regalo que debes hacerle a tus hijos durante estas fiestas navideñas.
Pero como te encantan los gatitos y sabes que no sobrevivirían solos en la calle después de conocer el calor de un hogar, cuando adoptes uno sabrás que es para toda la vida, un miembro más de la familia al que mimar, comprender y querer.
Tus hijos aprenderán muchísimo gracias a su compañía: valores como el respeto, la tolerancia, la empatía y la responsabilidad están entre el librito de enseñanzas de un gato, y en general de cualquier mascota. Y si los adultos son consecuentes con ello, los niños lo interiorizarán de por vida.