Los gatos siameses son muy inteligentes. Además son sensibles, nerviosos, celosos y exigentes. Si, por ejemplo, su comedero despide un olor que no le gusta, dejará n de comer. Son propensos a sufrir trastornos psíquicos si no lo tratamos bien. Pueden ser agresivos con las personas que no conocen y se adaptan fácilmente a vivir con nosotros aunque, sin duda, prefieren el campo.