¿Los gatos tienen asma?

Henk Vrieselaar || Shutterstock

Los gatos sí pueden padecer lo que se conoce como asma felina o bronquitis alérgica. Se trata de una dificultad respiratoria bastante común. Cuando aparece, el gato tose con frecuencia, emite un leve silbido al expulsar el aire y en general parece costarle inspirar correctamente. El asma de tu gato puede tratarse de un problema leve, pero siempre debe estar debidamente diagnosticado, controlado y tratado por el veterinario para evitar un agravamiento que pueda provocarle un ataque de asma agudo que ponga en peligro la propia vida del animal.

El asma se produce por la inflamación de los bronquios. Esa inflamación hace que los conductos que llevan el oxígeno a los pulmones (bronquios) resulten más estrechos de lo normal y por eso el aire circula con dificultad. Las causas habituales de esta enfermedad son las distintas alergias y también puede serlo una fuerte bronquitis, que tal vez empezó siendo un simple catarro, que acaba dañando las vías respiratorias del gato.



El polvillo que desprende el arenero, el humo de los cigarrillos o el polen de las plantas son algunos de los agentes alérgenos habituales que desencadenan el asma felina.

Un gato puede presentar dificultades respiratorias en un momento puntual, por ejemplo, porque tiene una bola de pelo que le cuesta expulsar o porque se ha resfriado y la mucosidad impide la correcta entrada y salida de aire, pero si esas dificultades persisten, sin que exista un motivo aparente, puede tratarse de un caso de asma que necesita medicación.

Con un gato asmático hay que extremar las precauciones, facilitándole un entorno libre de alérgenos que pudieran provocarle un ataque que acabase en asfixia. El asma no se cura pero, con un tratamiento adecuado, el gato tendrá una buena calidad de vida celebrando muchos cumpleaños.

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