¿En qué consiste la dieta BARF para gatos?

La dieta BARF para gatos, que cuenta cada vez con más defensores, también es conocida por sus siglas en castellano ACBA que significan: Alimentación Cruda Biológicamente Adecuada. Se basa en la ingesta de alimentos naturales crudos, es decir, con ella se pretende alimentar al gato como éste lo haría probablemente hace cientos de años, cuando era un animal salvaje que vivía en libertad. ¿Pero hasta qué punto es buena esta dieta en la alimentación de tu gato? Descúbrelo a continuación.

En la dieta BARF tienen cabida la carne y los huesos crudos: de vaca, de pollo, de cordero… también las vísceras (hígado, lengua, corazón…), la piel y la grasa de los animales. Si tu minino no fuera un gato doméstico, seguramente cazaría un pájaro y se lo comería en crudo y “enterito”. Esa es la idea. En este tipo de alimentación también se incluyen el pescado, los huevos, y los aceites de pescado, por ejemplo de salmón, ricos en ácidos esenciales como el omega 3. Las verduras, sobre todo calabaza y calabacín, suponen un 20% – 30% del conjunto de la alimentación y también han de tomarse en crudo.

Como ocurre con casi todas las dietas, ésta tiene defensores y detractores. Como putos a favor no cabe duda que se trata de una alimentación más natural, libre de los distintos conservantes, aromatizantes y productos químicos que pueden llevar la comida enlatada o el pienso seco. En cuanto a los inconvenientes, la dieta BARF para gatos requiere un cierto conocimiento para saber que estás proporcionando a tu gato todos los nutrientes que su organismo necesita y en las debidas proporciones.

Equilibrar los distintos tipos de carne, el pescado, (mejor con un hervido previo) y las verduras, es lo más complicado de este plan alimenticio porque si no se hace bien puede llevar a carencias nutricionales.

Si estás decidido a alimentar a tu gato con la dieta BARF, consulta a tu veterinario sobre los alimentos más aconsejables y sobre las cantidades adecuadas según la edad y el peso del animal.