Una de las dudas más frecuentes que nos asaltan a los que tenemos gatos es si podemos llevarlos con nosotros cuando realizamos un viaje. Si es en nuestro coche no hay problema. Simplemente debemos procurar que la conducción sea lo más suave posible, sin acelerones o giros bruscos que estresen a nuestro gatito. Si en cambio se trata de un viaje en tren, nuestro felino puede acompañarnos dentro de una jaula para gatos o transportín. Pero, ¿y si nos disponemos a realizar un viaje en avión?
Aquí la cosa se complica un poco más. Las compañías aéreas suelen regirse por requisitos muy estrictos en materia de seguridad y transporte de animales, sin contar con las características propias de un viaje en avión, como trayectos largos y cambios de presión que pueden afectar en mayor medida a nuestra mascota, ya de por sí un animal bastante delicado y sensible a los cambios en su entorno.
Pero no te preocupes, podrás viajar con tu gatito en avión siempre que sigas estos sencillos consejos y prodigues los cuidados adecuados:
- En algunas aerolíneas los gatos viajan en la bodega como un equipaje más dentro de su contenedor especial o transportín. Pero un gato se estresa bastante si no está cerca de su dueño en un entorno que desconoce, así que si tienes la ocasión, y sobre todo si se trata de un vuelo de larga duración, te recomendamos que preguntes a la compañía si puedes llevarlo en la cabina de pasajeros en una jaula bajo tu asiento. Si lo permite, asegúrate de reservar con cierta antelación, porque el número de gatos que se admiten en cabina con su correspondiente transportín es limitado en cualquier compañía comercial.
- Un punto muy importante a tener en cuenta antes de embarcarse con tu gato es preguntar con la suficiente antelación a la aerolínea qué tipo de transportines admiten en sus aviones. De lo contrario podrías encontrarte con el problema de haber adquirido una que no se adapte a los requisitos de tamaño y dureza/flexibilidad impuestos por la compañía. Además, según el tamaño que tenga podrá caber o no debajo de tu asiento o el de enfrente, así que debes preguntar también qué distancia hay desde el suelo a los asientos.
- Hazle a tu gato un chequeo de salud previo en la clínica veterinaria, de manera que sepas con seguridad que el viaje no afectará a su salud.
- Antes de sedar a tu gato, consulta siempre a tu veterinario. Las condiciones de cada vuelo interaccionan con su estado de salud, así que el especialista debe valorar adecuadamente esta posibilidad y decirte qué debes hacer al respecto, teniendo en cuenta también el carácter de tu gato: si es tranquilo o nervioso, si maúlla en exceso ante el estrés, etc.
- Antes de subir a tu gato a un avión, asegúrate de llevarlo correctamente identificado y vacunado. Te evitarás problemas y retrasos en las aduanas, y estarás contribuyendo al bienestar, seguridad e higiene de toda la tripulación. Y si vas a realizar un vuelo internacional, tu gato también necesitará un pasaporte, al igual que las personas.
