¿Por qué mi gato araña los muebles?

Por qué tu gato araña el sofá

La costumbre de arañar es un hábito común en todos los gatos. Es parte de su psicología felina y algo que, en los gatos domésticos, puede convertirse en un problema. ¿Por qué mi gato araña los muebles? -Te preguntarás- ¿Qué puedo hacer para que mi gato deje de arañar el sofá?. Las respuestas que necesitas, a continuación.

¿Por qué tu gato araña el sofá?

El motivo principal que incita a tu gato a arañar los muebles es por la necesidad de cuidar sus uñas. Con este gesto, por una parte las afila escrupulosamente y, por otro, ayuda a eliminar su capa más externa (cuando una uña nueva empieza a crecer debajo). No solo se trata de su particular “manicura”, también lo hace para marcar su territorio. Al rascar un mueble, el gato está impregnándolo de su propio olor por la acción de las glándulas sudoríparas que están protegidas en las delicadas almohadillas de sus garras. De esta manera, avisa a otros posibles mininos de: ¡Ojo! ¡Esta es mi casa!

En el caso de los gatos bebés, muchas veces se trata de un simple juego. Se entretienen arañando y probando sus propias fuerzas y reflejos (siendo pequeños es buen momento para intentar corregir, o  minimizar este comportamiento. Te ayudará tener en cuenta los mejores consejos para educar a un gato bebé que vas a recibir nunca.



También, verás que hay épocas en las que tu gato puede ser más propenso a rascar tu mueble favorito por motivos puntuales, por ejemplo durante la etapa del celo en los gatos o si se siente inseguro y estresado por alguna causa (un cambio de domicilio, una fiesta en tu casa con muchas personas…)

¿Cómo hacer que mi gato deje de arañar los muebles?

Para intentar solucionar este problema lo mejor es regalarle cualquiera de los tipos de rascadores para gatos que existen (o hacerle uno con un trozo de madera recubierta de tela). Si logras que se acostumbre a que ése es el sitio ideal para afilarse sus uñas, tendrás resuelto, en gran medida, el problema. Si al principio no le hace demasiado caso al rascador, llévalo hasta él y pasa varias veces sus almohadillas. Una vez que su olor quede ahí, volverá a rascar para intensificarlo cuando lo crea conveniente.

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Autor

Mariola Báez Verdú

Licenciada en Ciencias de la Información con más de 10 años de experiencia en la redacción de contenidos digitales y especializada en la elaboración de artículos y reportajes relacionados con el cuidado de animales domésticos.


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