Es algo que ocurre y que nos cuesta comprender. Las gatas en general son excelentes madres, que alimentan y cuidan a sus crías con esmero desde que nacen, pero en raras ocasiones parecen desentenderse por completo de uno, de varios gatos bebés o incluso de toda la camada. Los motivos de una gata que abandona a sus crías pueden ser varios, algunos físicos y otros relativos a la manera de “pensar” de los felinos.
¿Por qué las gatas rechazan a sus bebés?
Según los expertos, detrás de un abandono de todos los cachorros suele haber una mamá gata muy joven, tal vez embarazada tras su primer celo, que sencillamente no está preparada para asumir el rol de madre. En estos casos, la gata no entiende que esos gatitos son sus hijos. Los ve como algo ajeno a ella y no sabe cómo empezar a cuidarlos. Hay opiniones que apuntan a que este hecho también puede ocurrirle a hembras que han sido separadas y destetadas de manera prematura y no han aprendido de sus madres cómo sacar adelante a los recién nacidos.
Entre otros motivos que pueden explicar el hecho de que una gata rechaza a sus bebés también están las causas físicas, por ejemplo: un parto difícil del que la gata no termina de recuperarse, una enfermedad del animal o una dolorosa mastitis (infección e inflamación de las glándulas mamarias) que hace que a la gata le resulte imposible amamantar a sus pequeños.
La naturaleza es sabia y el instinto de supervivencia puede hacer que una gata rechace a una o a varias crías en beneficios de las demás. Suele ocurrir en camadas muy numerosas en las que la gata se da cuenta que no va a poder alimentarlos a todos. En su particular razonamiento, aparta a alguno para que sobrevivan los demás. Generalmente elige a aquellos más débiles o a una cría determinada que sabe que está enferma o presenta una malformación que, probablemente impida su desarrollo.
¿Crueldad, inteligencia, puro instinto?... Solo ella lo sabe.
