Para que tu felino cuente en todo momento con una alimentación adecuada, en determinados momentos de su vida tendrás que cambiar de pienso a tu gato. Las necesidades nutricionales de un cachorro no son las mismas que las de un animal adulto o las de un gato mayor, por lo que los cambios en la dieta son algo normal e imprescindible. También puede que tengas que hacerlo por alguna causa específica, por ejemplo si tu gato gana peso tras una esterilización o si tu veterinario recomienda modificar su dieta por motivos de salud.
En cualquier caso, a la hora de cambiar de pienso, lo más importante es hacerlo de forma gradual. Tendrás que ir poco a poco, mezclando, durante unos días, el pienso antiguo con el nuevo hasta llegar al cambio definitivo. De esta manera, evitarás la posible diarrea de tu gato y otros tipos de problemas gástricos, y también lograrás que vaya probando y aceptando la nueva comida. Ponle el primer día un 75% de su pienso habitual y un 25% del nuevo. Comprueba que lo toma y que no hay reacciones adversas y, en los días posteriores, ve incrementando la proporción del nuevo y rebajando la del antiguo.
4 consejos para cambiar el pienso de tu gato
A veces los felinos no llevan bien los cambios y se niegan a comer un pienso para gatos diferente. Si tu gato se resiste, estos consejos pueden ayudarte:
- Ten paciencia y no le fuerces. Ofrécele raciones pequeñas de los dos piensos mezclados y dale tiempo a ver si el hambre surte efecto.
- Sobre todo en el caso de cachorros que pasan de la leche a la comida sólida, un truco es mezclarles el nuevo pienso con unas cucharadas de su leche para gatos bebés.
- Si a tu gato no le gusta nada la novedad, machaca algunas croquetas de su pienso habitual y espolvoréalas en el nuevo. Así, el olor le resultará familiar y apetecible.
- Si tienes que darle comida enlatada y la rechaza, tal vez el problema está en la temperatura (la encuentra muy fría). Dásela templada a ver si funciona.
