5 claves para mejorar la convivencia entre tu gato y tu perro

Motivo principal de muchas películas de cine y dibujos animados, la convivencia entre gatos y perros ha estado, desde siempre, teñida de cierta polémica. Y es que al ser dos especies diferentes y con caracteres muy diferenciados, a veces puede resultar complicado -que no imposible- que ambos animales convivan de forma pacífica en el mismo hogar. ¿Pero hasta qué punto pueden convivir gatos y perros? No dudes más y descubre todas las claves para mejorar la convivencia entre tu gato y tu perro. ¡Te sorprenderán!

¿Pueden llevarse bien un perro y un gato?

Por supuesto, aunque no siempre es sencillo. Tanto los gatos como los perros tienen un instinto muy marcado, pues desde hace millones de años solían alimentarse de las presas que cazaban. A día de hoy, ambas mascotas continúan teniendo esa tendencia, y por ello es muy frecuente observar cómo los perros corren detrás de los gatos como si se tratasen de una presa más a cazar. Eso sí, no siempre: algunos perros tienen miedo de los gatos por una serie de razones.



Debido a su herencia genética, ambos animales han adoptado los comportamientos de sus especies predecesoras. En el caso de los perros, que provienen de los lobos, su instinto les marca el gesto de ataque. Y en el caso de los gatos, cuya especie proviene de los grandes felinos, su instinto es más proclive hacia la huida que hacia el ataque. Por eso el comportamiento de los gatos suele ser más escurridizo, e intentan escapar en cuanto perciben una amenaza por mínima o pequeña que ésta sea.

Consejos para mejorar la convivencia de gatos y perros en casa

Aunque es posible que gatos y perros se lleven bien, nunca está de más tener en cuenta ciertas pautas -especialmente cuando queremos reforzar la convivencia de gatos y perros adultos, puesto que es más complicada-.

  1. La convivencia entre gatos y perros es mucho más exitosa cuando ambos animales se han criado juntos desde la infancia. Sin embargo, si este no es el caso de tus mascotas, te resultará mucho más sencillo adaptarlas a convivir juntas si el gato ha sido el animal que ha llegado primero a casa, y el perro ha llegado el último. Esto es debido a que los perros suelen tolerar bastante peor que un nuevo inquilino llegue a su hogar, ya que pueden percibir al nuevo inquilino como una invasión de su territorio.
  2. La edad de los animales, así como su tamaño, también son motivos más que suficientes para que la convivencia no funcione. Si el perro es de una raza de tamaño demasiado grande, o si la diferencia de edad entre ambas mascotas es muy significativa, es muy probable que no consigamos que ambos se lleven bien. Además, hay que tener especial cuidado con las razas de perro demasiado grandes, ya que cualquier movimiento involuntario o juego, podría hacer daño a nuestro gato.
  3. Tal y como haríamos con la adaptación de un gato adoptado, es preciso establecer un espacio propio para tu perro y tu gato. Desde que se inicie la convivencia entre ambos animales, su dueño deberá procurar establecer un espacio para su gato, y otro distinto y apartado para su perro. Y es que aunque la convivencia entre ambos animales no sea mala, es necesario propiciar que cada mascota cuente con su propio sitio para comer, con su propia área de juegos, así como con un espacio propio para dormir.
  4. Sea gato o perro, es importante presentar de forma adecuada a la nueva mascota que llega a casa a la otra que ya convive en tu hogar. De forma similar a cuando tenemos dos gatos en casa, es mejor acercarles poco a poco para que puedan mirarse a los ojos, olerse, y respetar el tiempo de conexión entre ambos animales. Si detectas un comportamiento agresivo por parte de uno de los dos es mejor colocarlos en habitaciones separadas hasta que consigas que ambos puedan pasar tiempo juntos en la misma estancia.
  5. Es importante que en casa tengas juguetes para ambos, y que cada uno sepa distinguir cuáles son los suyos, y cuáles son del otro animal. Asimismo, hay evitar todos aquellos objetos o juguetes que puedan potenciar el instinto cazador del perro o del gato, de esta forma evitaremos que aparezcan conductas depredadoras.
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Autor

Carolina Ferreiro

Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid. Mi vocación es contar noticias y transmitir información útil y relevante para los demás. En el día a día disfruto con todos los temas que están relacionados con el mundo animal, especialmente con los gatos y sus cuidados.


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