La visión de los gatos es excelente pero, al igual que nos ocurre a nosotros, pueden tener problemas oculares y llegar a perder la visión de manera temporal o definitiva. Especialmente si la ceguera es progresiva, no siempre es fácil detectarla pero hay algunas claves, cambios físicos y de comportamiento, que pueden hacerte sospechar que algo no va bien y que tu gato no ve como antes. Es importante estar atento a las señales de ceguera repentina en tu gato porque un tratamiento precoz y adecuado puede, en muchos casos, evitar la ceguera total.
Síntomas de ceguera en tu gato
Para detectar la ceguera en tu gato, las claves que pueden ponerte sobre aviso son:
1. Tropiezos
Son animales ágiles como pocos y es realmente extraño que un gato tropiece, sobre todo si está en su entorno habitual. Si no ha habido cambio de mobiliario, ni se han introducido elementos nuevos en tu hogar y tu gato pierde el equilibrio al caminar y en repetidas ocasiones puede que esté teniendo problemas de visión.
2. No calcula las distancias
Al igual que en caso anterior, los gatos no tienen problema alguno al saltar, al subirse a un lugar elevado o al olfatear cualquier objeto. Si observas que no calcula al sobrepasar un obstáculo, se llega a caer, se introduce por un hueco por el que no cabe, o su cabeza choca con algo que pretende oler, es probable que no vea claro.
3. Se desorienta y va más lento de lo habitual
Tal vez no detectes sus tropezones pero observas que algo extraño pasa porque va de un lugar a otro sin rumbo determinado. A veces se para, como si no supiese dónde está, y sus movimientos son lentos, más torpes, totalmente diferentes a su manera habitual de moverse por la casa. ¡alarma!
4. Sus ojos cambian
Mira bien sus ojos por si tuviese algún problema ocular. La ceguera, en la mayoría de los casos, está relacionada con enfermedades oftalmológicas. Observa si presente alguna herida, un rasguño en la córnea, cataratas o una especie de velo que enturbia su mirada. Puede tratarse de un glaucoma que se está desarrollando debido a la elevada tensión intraocular. Lagrimeo, párpados hinchados, picores que hacen que se rasque los ojos con su patita constantemente, pueden indicarte que algo le está afectando y provocando, quizá, pérdida de visión.
5. No reacciona a la luz
Es una de las claves para reconocer una posible ceguera total. Si tu gato está en una habitación a oscuras y de repente enciendes la luz, lo normal sería que parpadease o cerrase los ojos, si no lo hace, el estímulo de la luz no le está llegando y, por tanto, no ve absolutamente nada.
6. Deja de comer
No ocurre en todos los casos, porque los gatos a medida que pierden visión, desarrollan aún más sus otros sentidos, fundamentalmente oído y olfato, pero ante una ceguera, temporal o definitiva pero siempre repentina, puede que no solo se desoriente sino que, además, no acierte a encontrar su cuenco con la comida o el agua, incluso su arenero.
7. Sus ojos brillan más cuando les da la luz
Es un brillo diferente, intenso y llamativo y suele ir acompañado de pupilas dilatadas. Sus ojos brillan porque reflejan la luz y esa exagerada dilatación de la pupila provoca una ceguera temporal que debe tratarse.
Si observas uno o varios de estos síntomas, acude al veterinario para realizarle a tu gato las pruebas pertinentes que determinen su grado de visión y permitan ponerle un tratamiento adecuado siempre que sea posible. Con suerte, podrás frenar el deterioro de su visión y, si no tiene remedio y tu gato se ha quedado ciego, recuerda que con unas sencillas medidas de precaución y el resto de sus sentidos a tope puede tener contigo una excelente calidad de vida.
